Muchas veces escuchamos frases como “mejor tener mi dinero guardado” o “prefiero algo seguro como un depósito a plazo”. Si bien ahorrar es el primer paso saludable hacia una buena gestión financiera, no es suficiente para construir patrimonio en el tiempo.

Históricamente, los instrumentos de ahorro como los depósitos a plazo, cuentas de ahorro o fondos money market han entregado retornos promedio de entre un 2,0% y 4,0% anual. Cuando se descuentan impuestos e inflación (que ha promediado entre un 3,0% y 4,0% anual en Chile en la última década), el crecimiento real de estos instrumentos es prácticamente nulo o incluso negativo.

Por el contrario, un portafolio diversificado ha demostrado consistentemente superar a estos instrumentos en el largo plazo. Solo por dar algunos ejemplos:

  • El índice S&P 500 ha tenido un retorno promedio anual de 10,3% entre 2013 y 2023.
  • El MSCI World Index, que refleja acciones globales desarrolladas, promedió un 8,7% anual en el mismo período.
  • Incluso portafolios balanceados (60% renta variable, 40% renta fija global) han generado retornos promedio de 7,5% a 8,0% anual, con menor volatilidad.
  • Fondos alternativos como private equity o deuda privada han tenido retornos promedio de entre 9,0% y 12% anual, dependiendo del vehículo.

Invertir no es sinónimo de riesgo, sino de estrategia. El gran error es dejar el dinero «quieto», sin trabajar, creyendo que eso nos protege. En realidad, quien invierte con una visión de largo plazo logra no solo vencer la inflación, sino también construir verdadera libertad financiera.

En resumen: ahorrar cuida tu presente, pero invertir define tu futuro.